
Por Jesús Chavarría
En un escenario dominado por la toda poderosa Pixar -De la que estamos esperando la llega de Toy Story 4-, que junto con otras productoras como Blue Sky y Sony, aunque de vez en vez nos entrega estupendas y sorprendentes propuestas, han estandarizado la animación; la llegada de una obra como Isla de Perros -coproducción Estados Unidos y Reino Unido- representó mucho más que una bocanada de aire fresco, fue un recordatorio de los alcances que puede tener este tipo de técnica tan tradicional, si se pone no solo al servicio de una historia emotiva, sino que se le hace acompañar de un discurso crítico inteligente y sugestivo.
En este caso, el director estadounidense Wes Anderson -quien tiene como antecedente animado la cinta Fantastic Mr. Fox (2009)-, nos presenta un guión simple, pero con un discurso agudo y reflexivo. Los protagonistas son un grupo de perros que junto con todos los de su especie, han sido desterrados a una isla basurero, debido a que muchos de ellos han sido atacados por una infección. Aunque la mayoría de las personas está de acuerdo con tal decisión, también hay un grupo de inconformes que no dudan en manifestarse, mientras un científico está a punto de desarrollar una vacuna. En medio de todo esto, un niño decide romper con las reglas y va en busca de su amigo canino, dando inicio a una aventura que amenaza con cambiarlo todo.
Cómo decíamos, aquí el también responsable de películas como Moonrise Kingdom (2012) y Gran Hotel Budapest (2014), plantea una premisa fácil de entender y muy digerible en apariencia, pero que en el fondo es compleja y llena de implicaciones. En ella no solo se habla de la relación hombre mascota, o de la lealtad y la ingratitud, sino de los métodos de control social, a través del uso de la las etiquetas y los estados clínicos. El sello de insano es una herramienta ideológica y de poder, redundando en la segregación, la intolerancias y el miedo.
Claro que todo lo anterior viene acompañado por un concepto visual seductor, en donde los códigos de lenguaje son precisos y le dan identidad. No es gratuito lo estático de los planos que parecieran desdoblar la realidad, mientras algunos elementos siguen en movimiento, que junto con la inserción de animación 2D y el característico manejo de la plata de color del efectivo Wes, le dota de un encantador enrarecimiento casi infantil. Esto amén de que en el diseño de personajes juega con lo artificioso y lo extravagante, encontrando el encanto para enganchar al espectador.
En cuanto al desarrollo, hay que mencionar que por momentos resulta un tanto anticlimático, y que el humor que maneja es un tanto seco, lo Ake de algún modo se compensa con ciertos toques de ironía.
Isla de Perros es una de esas películas que sin hacer demasiados aspavientos, posee las virtudes que le convierten en una pequeña joya no solo de la animación, sino de la cinematografía.
Por cierto el elenco responsable de darle voces a los protagonistas está plagado de figuras como cinta cuenta con las voces de Edward Norton, Scarlett Johansson, Bryan Cranston, Tilda Swinton, Bill Murray y Jeff Goldblum, quienes le otorgan una gran humanidad a los protagonistas. Por suerte en México se distribuirán algunas copias subtituladas, así qué hay que aprovechar.
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