DIARIO DE UNA MUJER EMBARAZADA: UN FILM DE AGNÈS VARDA
- Casa Svank
- hace 4 días
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Por Neftalí López
La Nouvelle vague (Nueva Ola de cine francés), movimiento que surgió a finales de la década de 1950, emerge como una reacción frente al cine comercial de esa época. La libertad de expresión en la narración y la libertad técnica en la producción fílmica fueron la mayor distinción de este movimiento cinematográfico. Sin embargo, otras características importantes, como el uso de equipos ligeros, cámaras de 8 mm y 16 mm, y el uso de emulsiones con mayor sensibilidad, permitieron que se rodara sin iluminación artificial. Aquello condujo a que las películas tuvieran un estilo más realista, una forma más artesanal de hacer cine. Y no hay otra exponente femenina de corazón artesano en el cine de la Nueva Ola como Agnès Varda.
Agnès Varda, prolífica directora de este periodo, es la principal exponente femenina, pionera del cine feminista, con una mirada ingeniosa y enternecida. Durante el año de 1958 filmó el cortometraje L’Opéra Mouffe (Diario de una mujer embarazada). En diecisiete minutos se toma la libertad de expresar, en un diario fílmico, lo que significa ser una mujer gestante en una época en la que Francia sigue recuperándose de los estragos que dejó la Segunda Guerra Mundial.
La narración.
Varda nos muestra la vida al paso del barrio “La Mouffe”, donde todos los días, a primera hora, se reúnen los comerciantes a vender comida (hortalizas, frutas, verduras y carnes). Es un barrio lleno de gente en movimiento, pero no todo es lo que parece: el barrio también tiene su contraparte, los vagabundos, los olvidados, aquellos que alguna vez fueron el sueño de toda madre.
Es importante aclarar que la exposición de esta problemática es contada a través de las preocupaciones de la “mujer embarazada”, quien, al estar gestando, piensa en las inquietudes que crecen a la par que el producto de su vientre.
En este cortometraje nos sumergimos en la narración pura de la Nueva Ola. Es una pieza creada de manera íntima por Varda. Podemos verlo al tomarse la libertad de crear una pieza muy parecida a un documental, de forma subjetiva, apenas usando intertítulos y los versos de una canción, que a ratos es alegre y a ratos melancólica; guiándonos por un sendero de preocupaciones, reflexionando en que alguna vez un vagabundo alcohólico fue el sueño de dos amantes.
Varda no busca contar una historia bonita, de estética expresionista o del Hollywood clásico. Ella busca incomodar, yendo desde lo más idílico hasta lo más profundo. ¿Cuántas tribulaciones hay en el cuenco de las ideas para una mujer que se va a convertir en madre? ¿Cuál será el devenir del sueño que carga en su vientre?
Varda muestra que no hace falta una gran producción para cuestionar el pensamiento que, a lo largo de miles de años, ha pasado por la mente de las mujeres que serán madres.
Una opinión más personal
Al igual que Varda, yo he visto vagabundos y drogadictos en las calles; solos y en decadencia. En ocasiones suelo preguntarme: ¿habrán sido amados alguna vez? Agnès Varda me ha confirmado nuevamente que el cine es más que contar una historia, más que un movimiento artístico: el cine es el espejo quebrado de la realidad que busca ser visto y, en la observación, busca transformar a quien tenga el ímpetu de contemplarlo.
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