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BORIS KARLOFF, COLOSO DEL CINE DE HORROR

Foto del escritor: Casa SvankCasa Svank




Por Jesús Chavarría

Su siniestra figura es una de las imágenes más representativas de la historia del cine. Reconocido a nivel mundial por haber dado vida al trágico monstruo de Frankenstein, el era algo más que aspavientos y pasos tambaleantes, era un actor en toda la extensión de la palabra, un verdadero monstruo de la interpretación convertido en objeto de culto.


Contemporáneo del quisquilloso Bela Lugosi, que le criticó diciéndole que no se necesitaba más que unos cuantos gruñidos para ser un verdadero actor, Boris Karloff nació en Londres en 1887, fue ahí en dónde creció e hizo sus estudios universitarios en un intento por seguir los pasos de su padre en la escuela diplomática.  Sin embargo su destino era otro y dado que su hermano Sir John Henry Pratt, se hacía cargo de responder a las expectativas paternales, a la edad de 22 años emigra a Canadá con la intención de convertirse en granjero, pero termina uniéndose  a una compañía de teatro, dando así un cambió definitivo a su vida iniciando una gira alredor de todo aquel país. Fueron los escenarios los que terminaron de forjar su carácter,  al mismo tiempo que desarrollaba sus dotes histriónicas. No imaginaba que ese camino  le llevaría a dar vida a uno de los personajes más célebres de la cinematografía mundial, aquel que le haría alcanzar el olimpo fílmico, lugar al que solo pertenecen los más grandes.


CAMBIO DE NOMBRE Y OCUPACIÓN

Así, el malogrado granjero inglés William Henry Pratt, que era su nombre verdadero, pasó a segundo término cediendo el protagonismo total al legendario Boris Karloff, que luego de salvarse de participar en la primera guerra mundial, debido a cuestiones de salud, se dedico a hacer carrera en el teatro mientras participaba como extra en distintas producciones de cine mudo, incluyendo un pequeño papel en His Majesty, the American dirigida en 1919 por Joseph Henabery. A pesar de esto, aún pasarían varios años antes de que su constancia y trabajo llamara la atención y le ofrecieran participaciones más amplias, como aquella en la que interpretó el papel de asesino de un soplón al que mata mientras comparten la celda en la cinta Código penal dirigida por Howard Hawks en 1931. En ese mismo año le llegaría su gran oportunidad cuando  el legendario director James Whale, le llama para hacerse cargo del  papel principal de Frankenstein, un rotundo éxito de crítica y de taquilla que le abrió las puertas de Hollywood, la poderosa industria norteamericana que a cambio de la fama, le encasillaría para siempre. 


Originalmente, el patético y entrañable monstruo de Frankestein, estaba planeado para que fuera interpretado por Bela Lugosi, en una especie de continuación de su mítico Drácula de la cinta de 1931 dirigida por Tod Browning. Sin embargo, las diferencias entre Lugosi  y la productora Universal, desembocaron en que fuera sustituido por Karloff que le otorgó al monstruo un aire de horrorosa ternura.


Pero ese fue solo el principio de la oscura senda de personajes siniestros a los que el actor londinense daría vida. En 1932 los vendajes viejos lo envolverían al ponerse bajo la piel de otro de los monstruos clásicos de Universal en La momia de K. Freund. En ese mismo año participaría también en La mascara de Fumanchú dirigida por Charles Brabin, y en El caserón de las sombras, que marcaría el rencuentro con el mismo James Whale. También volvería a ponerse bajo las ordenes de Howard Hawks para la cinta Scarface, el terror del hampa, realizada en 1933. Otras de sus películas fueron El Cuervo de Lew Landers realizada en 1935, del mismo año Horror en el cuarto negro dirigida por Roy, y Los muertos andan de Michael Curtiz, dirigida en 1936. Pero la macabra figura del monstruo de Frankestein no lo dejaría en paz y Karloff interpretaría al personaje en otro par de ocasiones, una para La novia de Frankenstein de 1935,  y otra en El hijo de Frankenstein de 1939, en dónde, por cierto, su detractor, el mismísimo Lugosi aparecería como el loco Ygor.  En dos cintas más habría de verse las caras con el, The Black Cat , de 1934,  y El cuervo de 1935. 


UN MONSTRUO ENTRE EL CINE, LA  RADIO, Y EL  TEATRO

A pesar de que el cine parecía haberlo condenado a encarnar personajes malvados y oscuros, el actor diversificó su carrera trabajando para diversas producciones radiales. De igual modo se daría el lujo de regresar a los escenarios, en este caso en Brodway, en dónde apareció en distintos montajes, incluyendo aquel sobre Peter Pan, en dónde su interpretación como Capitan Hook, le valió la aclamación del publico.  

Pero los monstruos también envejecen y los tiempos cambian. El furor por las películas de horror comenzó a disminuir y la carrera de Karloff hizo lo propio. Este se refugió en el cine de serie B y participo como invitado en series de televisión como Route 66, esto para un episodio especial de Halloween. El bajo presupuesto fue lo que caracterizó sus últimas apariciones en cine, esto y que se trataba de cintas  norteamericanas, inglesas y españolas. Entre estas destaca el filme de Peter Bogdanovich, El héroe anda suelto de 1967, en  dónde Karloff interpreta a una estrella del cine de terror, en una especie de autoparodia-homenaje. También presto su voz para cintas de animación para televisión como How The Grinch Stole Christma de 1965. Así continuó, trabajando pese a que su carrera iba en picada. Solo paró hasta que debido a un enfisema pulmonar, el 2 de febrero de 1969 muere a los 81 años, dejando atrás al hombre y dando paso a la leyenda.


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