
En el cielo y en el viento se escucha lo que pareciera reclamar el dolor que hemos dejado en el universo. Una guerra que hemos comenzado en la tierra parece extenderse hasta el infinito donde todo llega a su equilibrio para volver a comenzar. Allá en la sierra, donde los pueblos parecen flotar entre nubes, una comunidad de lengua mixe “la lengua de las montañas”, se prepara para enfrentar a los demonios de botas largas que arrancan la vida a hombres y mujeres que no hacen más que lo que saben: alimentarse de la tierra. Más el fruto que cosechan los ha llevado a ser inculpados por su propio gobierno ¿De quién huir, de los demonios de los carteles o del ejército mexicano?
En la pequeña escuela rural, los niños aprenden de Flores Magón, el líder revolucionario que con letras buscaba la regeneración. Regenerar: el proceso natural de reparar lo dañado. Ahí en voz del profesor que a su vez es el Hidalgo de su pueblo, los niños saben que pueden ser víctimas o caudillos. El sonido del cuerno de guerra se incrementa, es hora de enfrentarse cara a cara, porque muertos ya estamos, dice uno de ellos. En el ritual a la muerte, los vivos se levantan. Los espíritus se preparan y los inocentes buscan el abrazo de la madre naturaleza.
Un film del Director Joshua Gil, que sabe fundir la ficción con ese estilo documental que deja perplejo al espectador a través de las bellas imágenes y los diálogos que caen de manera natural en la voz de sus actores no profesionales. Sanctorum no romantiza ni la violencia; ni al narcotráfico que ha tomado en sus manos los campos de cultivo mexicanos; romantiza la furia de la naturaleza en movimientos de cámara que como ave entre las montañas nos mete y saca de la realidad al misticismo. Un film apto para todo “pensador”, que después de haber “festivaleado” por el mundo llega por fin a las salas de cine de México este 22 de septiembre de 2022.
Por KV
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