Por Jesús Chavarría
@jchavarria_cine
Esta reimaginación de la película francesa Al azar de Baltasar (1966) de Robert Bresson, aunque puede llegar a ser dispersa y tiene que dejar algunas situaciones en el aire con tal de no ceder ante la tentación de contar lo que pasa con las personas alrededor del protagonista, salvo en un par de breves ocasiones, logra mantener la fuerza emocional y el inusual enfoque. Por que la historia que aquí conocemos a través de la inocente mirada de este cuadrúpedo de largas orejas, es solo la de el y de nadie más.
El pulso experimental al que obedece la cámara, que así como se vincula con la mirada en primer plano del pequeño burro que seguimos tras ser liberado por las nuevas leyes de protección animal, también ofrece postales de perspectivas interminables y secuencias inmersivas al borde de la agresión lumínica, encuentra todo el sentido dentro de la narrativa lineal impulsada por el transitar en parajes que así como proyectan la inquietante belleza del mundo que nos rodea y seduce al espectador, al mismo tiempo le recuerda el desasosiego producto de hacer conciencia de ese estado primario de soledad inherente a la existencia, encausándole a reflexionar sobre el desamparo. De tal modo que entre las señalamientos a los gestos amables que solo sirven para sentirse bien con uno mismo, las buenas intenciones que redundan en acciones lamentables, y la crueldad como evidencia de lo bestial del ser humano, surgen cuestionamientos que van más allá del tema ecológico que indica el análisis más obvio, y se enparentan con nuestra propia naturaleza internándose en lo filosófico.
Pero quizás lo mejor de la mustia Odisea orquestada por el director polaco Jerzy Skolimowski -Essential Killing (2010), Four Nights with Anna (2008)-, es que a pesar de su extravagante punto de partida que le pone al margen de las producciones de corte meramente comercial, sabe alinear sus pretensiones aún en los límites de una fabula extraña pero digerible en cuanto a su estructura y desarrollo, lo que le abre la puerta a todo aquel que pese a no estar acostumbrado a conceptos sumamente complejos, se permita algo más que mero entretenimiento en el cine.
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