Un futuro cercano -quizás más de lo que nos gustaría-, en donde sin bajar del auto se puede acceder al consejo espiritual y la absolución, literalmente como si de comida rápida se tratara; es el desesperanzador escenario que construye el realizador Gabriel Mascaro -Vientos de Agosto (2014)- para que los esfuerzos de una mujer y su marido, empeñados en tener un hijo, sirvan para exponer los subterfugios y escondrijos que ofrecen las interpretaciones de la fe impulsadas por las variantes religiosas casi prefabricadas, siempre propensas a la estigmatización y el doble discurso, que a veces se convierten en el engañoso satisfactorio de las carencias emocionales y el autoengaño.
Lo seductor e intenso del desarrollo y la sutil construcción del drama qué transita a veces entre atmósferas enrarecidas por colores neón para proyectar una urbanidad de erotizante somnolencia, en contraste con los escenarios burocráticos, son el gancho perfecto para una crítica que coquetea con la sátira más negra y mal intencionada hacia las instituciones, la política conservadora y la estructura social. Estrenada en 2020 y luego de llegar a México por la puerta del Festival Internacional de cine de Guadalajara, esta inquietante y embriagadora propuesta brasileña de fanta-ciencia que alude a la distopía ideológica, se puede ver en la plataforma de Filmin.
Por Jesús Chavarría
Tw: @jchavarria_cine
Comments